10.3.11

Por qué ver... Buried (Enterrado)

Paul Conroy (Ryan Reynolds) es secuestrado y enterrado vivo en un ataúd mientras trabaja como civíl en Irak. En la caja Paul cuenta con poco más que un mechero y un teléfono móvil para intentar salir con vida.



Es admirable como Rodrigo Cortés aborda el guión imposible de Chris Sparling y lo transforma en noventa y cinco minutos de cine. En ocasiones el ritmo se frena y la sensación de asfixia se pierde, aunque se recupera en el desenlace. Pero todo el peso de la película recae sobre un sorprendente Ryan Reynolds, más conocido por sus papeles de "chico guaperas que altera a las nenas". Llevar sobre sus hombros todo el peso de una película no debe ser fácil, y menos si ello implica vivir dieciseís días de rodaje en una caja. Quizás el secreto está en que deja de ser una interpretación para convertirse en algo real. Reynolds afirmaba que "Rápidamente se convirtió en una fobia mía, porque dadas las circunstancias, en este rodaje, no puedes evitar sentir cómo se echan encima las paredes".

Por qué ver Buried, por la dirección de fotografía, por aprender que se puede mantener la atención del espectador sin sacarlo de una escena durante toda la película, por el montaje que hace de cada fundido a negro un nuevo acto (más propio del teatro). Por ver que Ryan Reynolds es algo más que una cara bonita y un buen cuerpo.

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