24.3.11

Estereotipos aceptados

El pasado domingo La Sexta emitió el último capítulo de Princesas de barrio, la sit-com mezcla de realidad y ficción que sirvió como heredera natural de la anterior Mujeres ricas. La serie respeta el formato de su predecesora: una sucesión de historias alrededor de cuatro protagonistas con una posproducción muy cuidada y respeto por la idea de entretenimiento puro sin pretensiones.

Ambos productos sacan a escena los comportamientos, normalmente estereotipados, de dos clases sociales muy diferenciadas pero, aun así, sus mayores logros son los mismos:

1. Conseguir que una parodia sobre un colectivo sea considerada como tal por los detractores naturales de ese colectivo

2. Que a la vez quienes pertenecen a ese colectivo se vean identificados con las protagonistas y lo consideren simplemente una broma frívola sin malas intenciones

3. Que, a pesar de todo, no deje de ser un reflejo de la realidad, más o menos distorsionado y exagerado, pero siempre fiel

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